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martes, 1 de abril de 2008

LOS DIAS QUE SE VAN



Muchas veces nos han preguntado que haríamos si tuviéramos la posibilidad de volver atrás, en que edad nos detendríamos, que error no volveríamos a cometer, y la verdad es que creo que dejaría todo igual.... con las mismas penas y alegrías que he vivido. Lo demás son añoranzas, son recuerdos que vuelven a nuestra mente y que de repente quisiera detener.....dejar correr el tiempo, sin la angustia de saber que el tiempo se nos escapa. Que debemos aprovechar cada minuto, pues el momento ya pasado se nos fue y no habrá otro igual.

Quisiera en estos momentos tener la capacidad de volar, y sentarme a mirar el vaiven de las olas. Si eso es, de volar como lo he hecho en sueños. Es una sensación de bienestar indescriptible, levanto mis manos y subo y las ocupo para dirigir mi rumbo.



Hace tiempo no sueño con ello, pero no necesito cerrar los ojos para sentir esa sensación. El principio de mis viajes han sido generalmente acompañados por mi padre o por mi hermano, con quienes jugamos un rato moviéndonos a través de las habitaciones, pero luego continúo sola.... Son viajes muy largos siempre de noche y atravieso mares profundos hasta llegar a un faro. De ahi miro a lo lejos la ciudad con sus luces que apenas se divisan, nunca he hecho el viaje de vuelta, quizás no sea igual de satisfactorio no lo sé....

Por eso, es que no me imagino volver atrás, lo que si quiero es que en estos años que me restan ocupar mis horas en cosas que me agraden, y es por eso que al finalizar el día despues de trabajar todo un día, siento la pena del tiempo transcurrido entre paredes, con el encierro entre papeles,con una ventana alta en que sólo alcanzo a ver un poco de cielo....parecido a las cárceles de los prisioneros....

3 comentarios:

Enrique de Santiago dijo...

Que buenas y profundas reflexiones amiga, en realidad yo pienso lo mismo, todo aquello que nos ha pasado, nos has servido para crecer, para ser más sabios, lo bueno y lo malo, y tener la capacidad de discriminar ante los avatares de la vida. Ver estas olas y ese mar, hacen que uno sienta la paz, ese estado que nuestra alma requiere en esta ciudad tan inhumana, y antinatura.
Por eso no hay nada mejor como sumergirse en la pintura, nuestro habitat natural, desde el punto de vista espiritual
Un abrazo, y un bellisimo texto
Enrique

Graciela Bello dijo...

Comparto tus pensamientos.
Los artistas nos perdemos parte de la vida real, que transcurre,encerrados en nuestros propios talleres y mundos interiores, por seguir con nuestra obra..
Kandinsky decía que un artista es más libre en su obra que en la vida.
Con afecto,
Graciela Bello.(pintora argentina)
http://graciela-bello.fineartamerica.com

GLORIA PAILLAS dijo...

Enrique,gracias por tu comentario, sólo espero podamos conversar alguno de estos días,hagámosno un tiempo, la vida pasa muy rápido y no espara.....
Graciela, que gran verdad la frase que citas de Kandinsky, y es así...corremos como locos para hacer, para producir,para tener, pero a pesar de ello pintando y aún encerrada en mi taller entre las telas blancas que esperan prontas que algo surja, soy feliz, pues mi alma llora, rie y canta en ellas.